Hay temas sobre los que hablamos poco, y escribimos todavía menos. Este poema trata uno de esos temas. Grabación hecha durante el Festival Acròbates (llevo escayola porque aquella semana me rompí la rótula).
Cada treinta y dos días
mi cuerpo decide unilateralmente preparar una fiesta
de bienvenida
a un invitado que no ha venido nunca
y que, posiblemente, jamás venga.
Cada treinta y dos días,
sin aprender del pasado, sin ocurrírsele
consultarme a mí, su habitante, mi cuerpo
envía mensajeros con las invitaciones,
llena la despensa,
decora las paredes,
entra en un frenesí productivo
de quien sabe que hay una fiesta que se acerca
en que vendrá, vendrá, vendrá…
como vienen invitados a todas las otras fiestas: las flores
convirtiéndose en cerezas, la primavera
anticipando el verano, las ranas
croando como locas bajo la luna
recién llena.
Cada treinta y dos días
en la fiesta se acerca la hora, y el éxtasis de amor
del silencio antes
de chillar “sorpresa!”
ignora feliz el hecho de que
cada treinta y dos días
yo sigo sin querer invitados
que vivan en mí y luego salgan
de mí para entrar en la vida,
madura la fruta de mi cuerpo, y no viene
nadie a morderla
porque no quiero, porque yo seré mujer y fértil
de otra manera.
Cada treinta y dos días,
las invitadas se miran nerviosas en ese silencio
ensordecedor de las fiestas
en que la sorpresa es que el invitado de honor
llega tan tan tan tan tarde que quizá
nunca existió.
Cada treinta y dos días se pudre la fruta del cuenco
de mis caderas,
como se pudren los canapés en la nevera,
las invitadas
cansadas de esperar, revelan
su clara vocación de plañideras,
hormonas despechadas arrancan las guirnaldas,
se caen las paredes decoradas, salen
como un río de lava entre mis piernas, porque cansa
esperar trenes en una estación de bus, y el e
co
de la escoba al barrer el último confeti del suelo
cada treinta y dos días, hace que yo
maldiga esta ceguera de mi cuerpo,
maldiga esta fertilidad tan cara,
tan ingrata para quienes somos fértiles
de maneras no labradas por la tierra.
Estupendo poema! Por cierto, algunas la celebramos cada 28 días.😊 Un saludo
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Me ha encantado lo facil y elegante que describes una realidad que para muchas son unos malos dias.
Enhorabuena también por lo bien que recitas me has dejado muy gratamente sorprendida .Un abrazo
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¡ Qué maravilla ! ¡ Qué originalidad y qué creatividad llevas dentro ! Antiguamente las inglesas llamaban “The curse” a lo que tú has convertido en un poema increíblemente bonito y recitado de manera soberbia. En realidad no me extraña porque has heredado la curiosidad mental y la creatividad de tu madre. Y es que el sistema mitocondrial no engaña… Besos. María Luisa
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